GUSTAVO MERINO FOMBONA*
En los noveles paradigmas emergentes los poderes nucleares o de hidrógeno en nupcias o independientes poseídos por 10 de los 190 países estampados en la ONU arrasarían muy probablemente con su mando, 50 veces a las 7.200.000 de personas en esta tierra. Más de 70 millones fueron extinguidos en las 2 grandes guerras. Sin embargo al presente se otean conflagraciones por doquier, planificadas deliberadamente o no, de toda naturaleza material y espiritual, hasta familias desmembradas por mil razones con hijos caldo de cultivo para venganzas estrepitosas, apasionados en la sinrazón, listos para inmolarse en cualquier absolutismo o fundamentalismo de café o de gobiernitos malignos.
Hoy si un megapsicópata además de los ya dados por la historia, asume las riendas de esos artefactos diabólicos que juegan con el átomo y los huesos humanos, tendríamos en un instante sin saberlo fábricas de genocidios insolubles. La discusión de una amante con un sublíder esquizofrénico puede encender el fósforo de mil millones de vidas en un océano de gasolina y kerosén.
Lo contemporáneo trae el puñal para el pecho del futuro en capítulos azarosos porque el ardor ideológico pasa como la misma grasa dulce de la luna de miel, pero mientras dura puede defenestrar a lo humano en decisiones bajo la tutela de lo paranoico y la psicosis, que se disputarían estos últimos simulando una competencia de 50 metros olímpicos. El acecho a la humanidad está conceptualmente abogado por mil ballenas de uranio que en cualquier geografía del orbe pueden detonar.
Las sociologías de hoy son columpios de copiosas brújulas volubles que peligran en su camino el tejido del hábitat sobre la criatura humana y su identidad que ronda febril, diluida y cambiante, por esto es que conocemos tanta locura sin tratamiento. Manicomios sociales perfectos donde el incendio de esquina ronda hasta en la inmaculada Noruega con el horror de la isla de Utoya.
Uno de los escenarios donde aún se mueven los cisnes del sentir es la poesía, el antídoto a la macrohiperrealidad de una herida amplia y sangrante, la poética farmacopea de los libros desnudos en almas. La metáfora como antimetáfora de un propósito para elevar el verso a las fragatas de las desproporciones, naciendo los corceles que fraguan la lluvia en los virgos cacaoteros de la fe.
Ante la dificultad del papel y la verdad inexorable de los códigos digitales publiqué en la web de la empresa amazon que viaja países mi quinto poemario titulado Cantera de Ser, prologado por el bardo Gustavo Pereira entidad decente que cuida como león la dignidad.
Dice Pereira hablando de las acrobacias de los cuerpos hechos morfemas, apunta el dadaísmo, surrealismo, yo diría postsurrealismo sublevado contra el polígono cíclico de la nada toda y negación de lo insurrecto frente al ultraje del tiempo y de la valía humana descrita en las primera palabras de este artículo. Hoy más que nunca urge la necesidad de una balsa que trate las manos turquesas con cerebro de luna y clavícula de astro, la abrupta anatomía de la novel creencia de la palabra y su nido conceptual y reparador, creíble.
Menciona Pereira: "... Significaba que el poema se transformaba en acto... Apollinaire- y coetáneamente con él los futuristas encabezados por Marinetti-, aunque bajo propósitos puramente estéticos lo había anunciado-y practicado-poco tiempo atrás: el poeta no debe detenerse ante nada en la búsqueda de la novedad de la forma y del material y aprovecharse de todas las infinitas combinaciones nuevas proporcionadas por el mecanismo de la vida cotidiana.
Lo denominaba l`esprit nouveau.
...En este libro Gustavo MF, tal vez a la manera de aquellas experiencias, recurre a las antinomias... en permanente desafío, como si unos y otros se proscribieran dentro de un magma que sin embargo los aviva. He aquí algunos ejemplos:
"...queda sólo el reloj lamido por una ballena..."
"...el espejismo es el rezo hecho barrote despierto..."
"...aquello desoído se convirtió en la arena penumbrosa del adiós..."
"...en el agua de un recuerdo difuso se impone la agresión de la niebla..."
"...la fábrica de abismos que construyen las estrellas incomprendidas..."
"...veleros impares bailan la música que escriben las olas..."
"...el filo es golosina y el borde de la orilla llanura..."
"...una roca traída del pulso de un infinito extinguido..."
"...los columpios saben de la espera perfecta del barro..."
"...banco de parque que memorizas los amores borrosos..."
"...pozo de agua que mamas el corazón de las sombras huérfanas..."
Cierra Pereira: "... la incierta mucosa de la poesía, aquella inexplicable certidumbre que los surrealistas perseguían en el intento de conjugar los campos magnéticos que otorgan a la realidad su más desafiante misterio."
Así con cualquier soplo, los dados tragan demografías de hamaca y orquídea.
Doctor en Patrimonio Cultural, Postdoctor en Gerencia/Estudios Políticos, Profesor UCV/Unimet/ULAC
policulturalidad@yahoo.es, policulturalidad2@gmail.com
Publicado por: Oscar Flores
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