El año 1914 fue decisivo en la obra del poeta, por la invención de sus tres heterónimos. Pessoa crea su obra proyectándola sobre cuatro personalidades distintas y divergentes, Heterónimos:
- Alberto Caeiro
- Ricardo Reis
- Alvaro de Campos
- Pessoa mismo
No se trata de seudónimos, ni de un juego de dispersión emocional, sino de individualidades que deben ser consideradas distintas del propio autor. Pessoa llegó incluso a inventar la biografía de sus tres heterónimos.
"El autor humano de estos libros no conoce en sí mismo personalidad ninguna. Cuando acaso siente una personalidad emerger dentro de sí, pronto ve que es un ente diferente del que él es, aunque parecido; hijo mental, quizás, y con cualidades heredadas, pero con las diferencias de ser otro." (Aspectos. Pessoa)
[...] Cuanto más sienta, cuanto más sienta yo como varias personas, cuantas más personalidades tenga, cuanto más intensa, estridentemente las tenga, cuanto más simultáneamente sienta con todas ellas, cuanto más unificadamente diferente, dispersamente atento, esté, sienta, viva, sea, más poseeré la existencia total del Universo, más completo seré por el espacio entero. (Alvaro de Campos)
La obra poética de Pessoa, muy dispersa, ha sido recogida en nueve volúmenes de obras completas, de los que interesan especialmente los cinco primeros: Poesías de Fernando Pessoa (1942), Poesías de Alvaro Campos (1944), Poemas de Alberto Caeiro (1946), Odas de Ricardo Reis (1946) y Mensaje (Mensagem, 1945), único libro de poemas portugueses que publicó en vida (1934). Su obra ensayística ha sido recogida: Páginas de estética y de teoría y crítica literarias (1967), Páginas íntimas de autointerpretación (1966) y textos filosóficos (1968).
Ah! La angustia, la abyecta rabia, la desesperación...
Ah! La angustia, la abyecta rabia, la desesperación
De no yacer en mí mismo desnudo
Con ánimo de gritar, sin que sangre el seco corazón
En un último, austero alarido!
Hablo -las palabras que digo son nada más un sonido:
Sufro -Soy yo.
Ah, extraer de la música el secreto, el tono
De su alarido!
Ah, la furia -aflicción que grita en vano
Pues los gritos se tensan
Y alcanzan el silencio traído por el aire
En la noche, nada más allí!
Ah! La angustia, la abyecta rabia, la desesperación
De no yacer en mí mismo desnudo
Con ánimo de gritar, sin que sangre el seco corazón
En un último, austero alarido!
Hablo -las palabras que digo son nada más un sonido:
Sufro -Soy yo.
Ah, extraer de la música el secreto, el tono
De su alarido!
Ah, la furia -aflicción que grita en vano
Pues los gritos se tensan
Y alcanzan el silencio traído por el aire
En la noche, nada más allí!
Enero 15 de 1920
Fuente: wikicultural-wikicultura.blogspot.com http://amediavoz.com
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