Ecoideas

Gustavo Merino Fombona

Los péndulos ideológicos de los dinosáuricos poderíos de la historia y sus estructuras anquilosadas en extremismos degenerativos, facultan en sus proscenios las sinrazones, intereses, psicopatías, hasta llegar a las inflexiones humorísticas hechas potestades de inercia-gravitación-desgano junto a huecos colores de mandos

Han sido organigramas biológicos que emulan la supervivencia del ecosistema de los depredadores; calcan los escenarios de Planeta Animal en cámara lenta. Harto sabidos los excesos de la difunta Unión Soviética, sus genocidios en los gulags de 1.000 ejecuciones por día por años, las invasiones por el control del poder geográfico y energético empezando por la antigua Checoslovaquia y toda Europa Oriental. Igual la enfermedad antropológica morbosa de EEUU y su CIA por el sometimiento del planeta al antojo monolítico de un suicida bienestar febril-sintético-abismal, de incertidumbres y espejismos que ha costado la invasión y masacres a más de 50 naciones en 300 años, es como ver mil años la foto de la niña desecha en llamas por las bombas de napalm o gasolina gelatinosa en Vietnam. Ni relatar los oscurantismos viles de Monarquías, Colonias e Imperios, sería poner a sangrar este escrito. Hoy la ciencia, la tecnología, las finanzas unidas a las intimidaciones bélicas, delictuales y criminales pretenden imponer la repartición de los poderíos. La inestabilidad de un ser humano, una familia, una sociedad, un país, una región por la búsqueda monstruosa y omnímoda del poderío llevará a la humanidad a la tumba indeleble. La filosofía y praxis de la ecoideología no es más que la gerencia pública, privada y combinada del equilibrio que fertilice una gran clase media y en continuo aumento a partir del esfuerzo, la constancia y los valores culturales de la pluralitocracia -la diversidad oxigenará la esperanza, lo demás será el eterno primitivismo. Los movimientos sociales de la Tierra que ejecuten además de pregonar la educación, la cultura y lo científico al mundo, es una salida de vientos sanos para un planeta que asfixia cada día más por los paradigmas de las guerras, delitos, asimetrías, los conglomerados al azar, la era del desamor. Que nos llevará inexorablemente al último período por el humanismo.

Profesor UCV-Unimet