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jueves, 13 de enero de 2011

HAITI

GUSTAVO MERINO FOMBONA

En el poema de César Vallejo denominado Los Heraldos Negros se describe el peso del dolor reiterativo y la superlativa intensidad del resquebrajamiento y sequía del alma humana con los padecimientos ingentes de individualidades, colectivos o historias de la humanidad; pareciera que en terribles intermitencias, sufriera la tierra y el mar de Haití lo poetizado en esos versos Vallejianos. La República de Haití, es un país isleño de la zona caribeña, que limita al Este con la República Dominicana, su territorio abarca 27.750 km2, la capital de Haití es Puerto Príncipe. Posee un pretérito dorado de emancipación, después de haber sido colonia francesa, fue el segundo país en declarar su independencia después de los EEUU, en suelo americano. Además, también el primer país del mundo que logró abolir la esclavitud de manera definitiva, como ejemplo impoluto al orbe.

Ahora bien, Haití proviene de agudos capítulos de coloniajes, invasiones, golpes de estado periódicos; en síntesis un elevadísimo nivel de inestabilidad social, política y económica, derivándose un clima de gobiernos anárquicos, insistente violencia, sangre y pobreza mantenida de un 70% -la más alta del continente, la esperanza de vida es de 57 años y la mitad de la población es analfabeta, entre otros indicadores negativos de desarrollo. Adicionalmente a estos hondos desajustes, se incluyen desequilibrios naturales devastadores tales como tormentas, huracanes y terremotos. El último sismo aterrador ha sido el más destructivo desde 1770, con una voracidad de 7.3 grados en la escala de Richter, víctimas humanas por doquier y la caída abrupta de casi toda su infraestructura, en una tierra infértil por prácticas inadecuadas de deforestación, genera un cuadro dantesco y espeluznante.

Vallejo termina el poema
señalado con estas líneas Y el hombre… Pobre… pobre! Vuelve los ojos, como / cuando por sobre el hombro nos llama una palmada; / vuelve los ojos locos, y todo lo vivido / se empoza, como charco de culpa, en la mirada. / Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé!

Esto se convierte en una afrenta mundial para todos,
donde todas las naciones y pueblos del mundo debemos ayudar a reconstruir Haití con los conocimientos del siglo que vivimos.

 

LOS HERALDOS NEGROS

Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé.
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... Yo no sé.

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como un charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes ... Yo no sé!
Cesar Vallejo (1918)  

Fuente: http://www.ojopelao.com/opinion/opinion/9602-gustavo-merino-fombona-haiti.html  

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