GUSTAVO MERINO FOMBONA*
Siento una obligación deontológica expresarme ante la aberración de los crímenes de descuartizamientos, como miembro de la especie humana, producto por cierto del cual dijo el gran escritor estadounidense Mark Twain que Dios lo había creado después de una semana de arduo trabajo, evidenciando una mala obra.
Al uno circular en los laberintos conclusos e inconclusos del piso mediático, grifo vomitivo del rally a la orilla hiperrealista y el árbol alado del surrealismo. Releo que un sujeto en EEUU (podría ser en cualquier punto terráqueo de las 190 naciones generales suscritas a la ONU) violó bajo efectos de alcohol y crack a cien occisas y que fue descubierto casi por azar (por repaso técnico de un interrogatorio), significa que por poco ultraja a 200 fallecidas o más de no haber sido sorprendido en un papeleo primario, superando o compitiendo con el criminal en serie colombiano tildado de tribilín que supuestamente mató y ultrajó a más de 150 niños en varios países latinoamericanos, evidencia de un macrocaos societal.
Vislumbremos el temperamento asocial del futuro 2050 con 10.000 millones o superior a esta cifra de criaturas en población mundial.
Ahora bien, aterricemos hace días en Caracas donde a una joven de 20 años descuartizan y lanzan en un vertedero parroquial capitalino en San Juan de nuestra amada Venezuela, es como el botón muestral de un posible genocidio; imaginemos un deseo hermoso, una recién nacida, una madre, una hermana, una abuela, una pareja, un amor, una sobrina, una prima, una cuñada, una tía, una amiga, una ciudadana, una compañera, una poeta, un ser, una luz, un todo deshecho.
Es mi deber cardíaco cifrar líricas hacia el pizarrón de la intemporalidad al saber de la monstruosidad subhumana.
La realidad son 100 cuentos de Allan Poe sin rompeolas.
Solo me queda cantar a la familia de Yesenia Mujica, que del azul con que los poetas bordan la penúltima perspectiva de sus almas se levante el mármol dúctil, inyección de fortaleza a consanguíneos en sus marinas, que los arroyos en dignidad del orbe abracen el altar familiar, mujer que no conozco sólo un ser sensible te canta al sentir que las hachas de las mitologías del infierno dantiano abren en tajos el pecho de Dios, que el hado fatal se extinga de los pasajes nobles, que se restaure con la batalla de Troya del respeto y la ternura la noche de la luna y la mano blindada en la contemplación de la paz.
"...Mujer que no conozco sólo un ser sensible te canta al sentir que las hachas de las mitologías del infierno dantiano abren en tajos el pecho de Dios, que el hado fatal se extinga de los pasajes nobles..." Imagen de Howard Schatz
Que el tanque de moscas que pulula en el baúl de fe y familia degeneren al ocaso irrepetible. Es inconcebible pasar los días imperturbables, amnésicos, en la tumba vestida del estar y andar. Pongo estas líneas como garante de los espíritus conmovidos, ante la reincidencia degenerativa de estos casos cuando sepultan a la humanidad en matemáticas de sangre.
*Profesor UCV/Unimet/ULAC
Doctor en Patrimonio Cultural/Posdoctor en Gerencia y Política
Publicado por: Oscar Flores.
Fuente: http://www.eluniversal.com/opinion/140906/neocivilidad-humana-oda-a-yesenia-mujica
GUSTAVO MERINO FOMBONA*
Siento una obligación deontológica expresarme ante la aberración de los crímenes de descuartizamientos, como miembro de la especie humana, producto por cierto del cual dijo el gran escritor estadounidense Mark Twain que Dios lo había creado después de una semana de arduo trabajo, evidenciando una mala obra.
Al uno circular en los laberintos conclusos e inconclusos del piso mediático, grifo vomitivo del rally a la orilla hiperrealista y el árbol alado del surrealismo. Releo que un sujeto en EEUU (podría ser en cualquier punto terráqueo de las 190 naciones generales suscritas a la ONU) violó bajo efectos de alcohol y crack a cien occisas y que fue descubierto casi por azar (por repaso técnico de un interrogatorio), significa que por poco ultraja a 200 fallecidas o más de no haber sido sorprendido en un papeleo primario, superando o compitiendo con el criminal en serie colombiano tildado de tribilín que supuestamente mató y ultrajó a más de 150 niños en varios países latinoamericanos, evidencia de un macrocaos societal.
Al uno circular en los laberintos conclusos e inconclusos del piso mediático, grifo vomitivo del rally a la orilla hiperrealista y el árbol alado del surrealismo. Releo que un sujeto en EEUU (podría ser en cualquier punto terráqueo de las 190 naciones generales suscritas a la ONU) violó bajo efectos de alcohol y crack a cien occisas y que fue descubierto casi por azar (por repaso técnico de un interrogatorio), significa que por poco ultraja a 200 fallecidas o más de no haber sido sorprendido en un papeleo primario, superando o compitiendo con el criminal en serie colombiano tildado de tribilín que supuestamente mató y ultrajó a más de 150 niños en varios países latinoamericanos, evidencia de un macrocaos societal.
Vislumbremos el temperamento asocial del futuro 2050 con 10.000 millones o superior a esta cifra de criaturas en población mundial.
Ahora bien, aterricemos hace días en Caracas donde a una joven de 20 años descuartizan y lanzan en un vertedero parroquial capitalino en San Juan de nuestra amada Venezuela, es como el botón muestral de un posible genocidio; imaginemos un deseo hermoso, una recién nacida, una madre, una hermana, una abuela, una pareja, un amor, una sobrina, una prima, una cuñada, una tía, una amiga, una ciudadana, una compañera, una poeta, un ser, una luz, un todo deshecho.
Es mi deber cardíaco cifrar líricas hacia el pizarrón de la intemporalidad al saber de la monstruosidad subhumana.
La realidad son 100 cuentos de Allan Poe sin rompeolas.
Solo me queda cantar a la familia de Yesenia Mujica, que del azul con que los poetas bordan la penúltima perspectiva de sus almas se levante el mármol dúctil, inyección de fortaleza a consanguíneos en sus marinas, que los arroyos en dignidad del orbe abracen el altar familiar, mujer que no conozco sólo un ser sensible te canta al sentir que las hachas de las mitologías del infierno dantiano abren en tajos el pecho de Dios, que el hado fatal se extinga de los pasajes nobles, que se restaure con la batalla de Troya del respeto y la ternura la noche de la luna y la mano blindada en la contemplación de la paz.
"...Mujer que no conozco sólo un ser sensible te canta al sentir que las hachas de las mitologías del infierno dantiano abren en tajos el pecho de Dios, que el hado fatal se extinga de los pasajes nobles..." Imagen de Howard Schatz
Que el tanque de moscas que pulula en el baúl de fe y familia degeneren al ocaso irrepetible. Es inconcebible pasar los días imperturbables, amnésicos, en la tumba vestida del estar y andar. Pongo estas líneas como garante de los espíritus conmovidos, ante la reincidencia degenerativa de estos casos cuando sepultan a la humanidad en matemáticas de sangre.
*Profesor UCV/Unimet/ULAC
Doctor en Patrimonio Cultural/Posdoctor en Gerencia y Política
Publicado por: Oscar Flores.
Fuente: http://www.eluniversal.com/opinion/140906/neocivilidad-humana-oda-a-yesenia-mujica
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