Dr. Gustavo merino Fombona*
En el decálogo franco del espíritu evolucionista -el conocimiento y el saber-
En el decálogo franco del espíritu evolucionista -el conocimiento y el saber-, les han otorgado a las pautas de individuos, naciones, conglomerados, mapas intercontinentales, parroquias, condados, municipios, épocas, estados, ciudades, pueblos, organizaciones de múltiples índoles dentro de la ley, la orientación debida e iluminada del progreso. No hay país alguno en la historia conocida que haya abandonado su estancamiento y primitivismo o desaceleración cultural con calidad mundial, desestimando los pilotes sólidos de la instrumentación de la luz, la irradiación de la ilustración profunda.
Unas elecciones nacionales y municipales como las acontecidas en nuestro territorio adquieren la idónea virtud sacra de intentar la progresiva dicha ciudadana, cumpliendo sin prisa ni lentitud el proceso de forjar el estructuralismo orientado por el modelo de la Constitución. En el caso de Venezuela, la lírica o poetización expresada en el preámbulo de la Carta Magna, con la buena pluma del bardo Gustavo Pereira, donde recordamos la creación superior, se invoca a Dios con el ejemplo de Bolívar: oriundos y mestizos por una patria libre y soberana, donde la reconstitución republicana deberá ser democrática, participativa y protagónica, multiétnica, pluricultural, con justicia y descentralizada, donde resida el desarrollo integral en todos los órdenes, los derechos humanos prevalezcan, la paz, la ecología cosechen la humanidad eterna; bueno, una oda solemne a lo humano.
El último sufragio ligado a las alcaldías, el sujeto institucional más próximo a la ciudadanía, deben estas, equiparse de las mejores luces del talento humano para fraguar el piso estadal, recibir los recursos requeridos para que ellas ejecuten con los mejores equipos profesionales de Venezuela, consagrando así el timón de la gestión pública, infraestructura, servicios, hábitat, impuestos retribuidos, sociabilidad orgánica, futuro de tranquilidad imperturbable para los ciudadanos y sus familias. Sin la inclusión del máximo saber en esos órdenes para fecundar la constitución ciudadanista, que pueda ser aplaudida por el orbe y sus mejores ejemplos, serán los municipios cajas vacías por el ciclón del Estado, disecándose la brújula de la felicidad.
*Profesor de UCV, Unimet y Ulac
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Publicado por: Oscar Flores
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