El individuo, el colectivo, la sociedad, una nación o país, el mundo, la
civilización, o por antonomasia conceptual: una organización.
El individuo, el colectivo, la sociedad,
una nación o país, el mundo, la civilización, o por antonomasia conceptual: una
organización, que interactúa con las ciencias administrativas públicas-privadas
o híbridas, se hunde gerencialmente de modo cíclico y progresivamente
depreciado cuando hace un desorden naturalista que provee como costumbre y
evita su rectificación en la siguiente sintomatología: incapacidad integral,
desarticulación en lo más básico, despotenciación, difusión hemorrágica de
supuestos logros o conquistas, filosofía personalísima sin planes permeables de
comunicación, carencia casi antropológica de delegación o descentralización,
ruptura de normativas-acuerdos o consensos, falta de horizontalización o
nulidad de ella en las decisiones, manejo gerencial como clubes deportivos o
festivos, estructuras meganepóticas contiguas a subestructuras de filiaciones
implícitas, divorcio de cultura unitaria interna-externa o mixta para revaluar
el liderazgo de proyectos hacia connotaciones positivas mundiales,
despreocupación por el servicio de calidad y el conocimiento, cultura
organizacional desinstitucionalizada, líneas medias y altas con superlativo
halago monolítico a los jefes, creencia oligopólica de arbitrar-controlar y
rectificar por el efecto espejo-sin injerencia funcional, ruptura de sinergia
entre recursos-funciones y sistemas administrativos, sin cohesión
interdepartamental e interorganizacional menos aún en eficacia internacional,
crecimiento sin bienestar ni seguridad organizacional, imagen institucional
basada sólo en estadísticas cuantitativas con ejecutorías negativas, privación
a la religiosa planificación estratégica, desconfianza creciente del ambiente
organizacional, ruptura y desactualización crónica de los contratos colectivos,
falta de investigación científica administrativa sobre modelos-laboratorios en
gestiones y ciencias gerenciales, proyectos administrativos en postergación e
improvisación constante, prácticas administrativas hiperemocionales desde el
poder organizacional. Lo correcto sería la disminución de estos factores en
función de regenerar el índice de bienestar humano en un sujeto o en el orbe.
Falta mucho por hacer, del Quijote, a la felicidad real.
Profesor UCV/Unimet