Que un cuerpo material, un alma desprendida y un intelecto agraciado, de connotación humanista, almacene en sus hombros tanta sabiduría en los temas a los que se ha dedicado, explica las leyes de la física, de cómo el infinito cognitivo se puede albergar en prójimos singulares, de moderada estampa, entendiendo las majestades de los cosmos si es que existen como los pensamos.
Es como si una estrella, yo la veo azul esté en alguien cercano a nosotros, en la diaria cotidianidad, pero es tan asombroso que no nos damos cuenta que existe para ayudarnos con las brújulas de nuestros espíritus.
Pues sí, Gómez Grillo lleva su sapiencia inconmensurable con largas y verticales cronologías. Maracucho insigne, existencialista de Maiquetía, lugar que quiere como un peluche que engendra mil amores. Abuelo, padre y niño del campo polipenitenciario nacional. Profesor en Filosofía, Castellano y Literatura de su adorado pedagógico, abogado de la UCV, con posgrados en la Ucab en Ciencias Penales y Criminalísticas, egresado Suma Cum Laude en la misma especialidad en la Sorbona y en la Universidad degli Studi di Roma. Creador del Instituto Universitario Nacional de Estudios Penitenciarios, magna obra, única en su género en América Latina. Pedagogo apasionado en liceos, colegios e institutos de Caracas y Mérida. Ejerce la cátedra de Derecho Penal Especial heredada de Tulio Chiossone hasta la categoría de titular, gerencia la Dirección de Cultura de Universidad Central en casi dos décadas. Fundó el Centro de Estudios Criminológicos y Penales de la Universidad Simón Bolívar.
Cuando los Sabios señalan la Luna, hay quienes ven las hormigas. |
Mil condecoraciones y altos desempeños, inútil colocar en este breve espacio. Exconstituyente en 1999. Columnista supremo de este diario y de El Nacional. Ilustre polígrafo sobre los penitenciarismos y criminologías. Hoy sigue de docente y orientador en copiosos escenarios. Seguro si Aristóteles fuera empresario, Platón líder de la sociedad civil, Sócrates representante de diversos gobiernos y el Renacimiento como sociedad lo llamaran con la asombrosa virtud de la humildad, para que nuestro Elio, ilumine con sus faros algunos veleros de la inseguridad en sociedades que la padecen.
¿Aló Gómez Grillo? ¡Gracias por existir y ser!